Asesinato de Haniyeh: Israel mató el diálogo
En todo oriente medio se realizaron masivas manifestaciones en repudio del asesinato del líder palestino, Ismail Haniyeh. Reclamaron que al que consideran un mártir sea vengado.| Foto: Osamah Yahya/EFE
2 de agosto de 2024 Hora: 19:35
El asesinato furtivo del líder palestino Ismail Haniyeh constituye una amenaza a la seguridad regional de oriente medio.
El asesinato de Ismail Haniyeh, ex primer ministro de la Franja de Gaza, cuando se encontraba en la capital iraní de Teherán con motivo de participar de los actos de investidura del nuevo presidente del Estado persa, Masoud Pezeshkian, fue adjudicado unívocamente por diferentes líderes del eje de la resistencia a Israel.
«Matar a Haniyeh y golpear a Teherán son dos maneras juntas de decir ‘No queremos negociaciones, no queremos paz, no queremos cese al fuego, queremos seguir con la guerra’” manifestó el analista internacional Fabricio Casciari en el aire de teleSUR.
Este señalamiento obedece a que Haniyeh era reconocido como el representante político del Movimiento de Resistencia Hamas y era su persona la encargada de encabezar las negociaciones de paz con el Estado Israelí en Catar.
Su muerte fue precedida por el asesinato de Fuad Shukr, segúndo al mando del movimiento de etencia libanés, Hezbollah, en un densamente poblado suburbio de Beirut. El ataque selectivo se da en momentos donde los intercambios de misiles y fuego cruzado entre Israel y Líbano son habituales y la baja de Shukr podría romper las líneas rojas de por sí difusas que se mantienen en la frontera norte del territorio ocupado por Israel.
El analista Cascieri ante estos últimos ataques dejó establecido el interrogante: “el tema ahora es la reacción que habrá de ahora en más y si esto es un paso hacia la guerra que Israel sueña, porque lo que sueña Israel es una guerra contra Irán, pero una guerra declarada por ella y ejecutada por Estados Unidos e Inglaterra.”
La reacción
La figura de Haniyeh fue una figura trascendental e icónica de la resistencia. Tres de sus hijos -Hazem, Amir y Mohammad- murieron el 10 de abril cuando un ataque aéreo israelí alcanzó el automóvil que conducían; también perdió a cuatro de sus nietos, tres niñas y un niño.
Pero en respuesta, el líder palestino que negó fehacientemente que sus hijos hayan sido combatientesdijo que “los intereses del pueblo palestino están por encima de todo” cuando se le preguntó si su muerte afectaría a las conversaciones de tregua que líderaba.
“Todo nuestro pueblo y todas las familias de los habitantes de Gaza han pagado un alto precio con la sangre de sus hijos y yo soy uno de ellos”, declaró quien como muchos palestinos perdió decenas de familiares en la guerra.
Es por ello que este jueves decenas de miles de iraníes participaron de la despedida del líder palestino. La ceremonia estuvo a cargo del líder supremo de Irán, Ali Jameneí, dándose la inusual escena en la que un líder chií realizó la ceremonia religiosa de despedida de un mártir suní.
Durante el funeral, el presidente de Irán ha prometido hacer que «Israel» “se arrepienta de su acción cobarde”, mientras que el Líder Supremo Khamenei enfatizó que vengar la muerte de Haniyeh es responsabilidad de Teherán.
En tanto, el secretario general del movimiento de resistencia islámica libanesa, Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, manifestó este jueves: “estamos ante una gran batalla en la que el tema ha trascendido los frentes de apoyo y ha entrado en una nueva fase”. A la vez que recalcó que Hezbolá vengará a su comandante asesinado.
Por su parte, el general y comandante en jefe del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, Hosein Salami, adviritó de que el asesinato de líderes de Resistencia y el genocidio en Gaza reforzarán la determinación de la Resistencia: “La furia y venganza de los combatientes fieles del gran frente de la Resistencia islámica se intensifican”, expresó tras el asesinato.
La reacción internacional
Pese a lo contundente del ataque sufrido por las naciones antes referidas, tanto Teherán como las diferentes fuerzas de la resistencia tienen por desafío responder a la agresión pero, a la vez, evitar una crisis regional que agrave la situación y perjudique a la población de sus países.
En ese sentido, Irán llevó el crimen internacional a discusión del Consejo de Seguridad de la ONU, el cual condenó el asesinato del jefe político de Hamás y pidieron que se intensificaran los esfuerzos diplomáticos para evitar una guerra total en Oriente Medio.
Por su parte, la observadora permanente adjunta de Palestina ante la ONU, denunció la inacción del ente internacional ante los crímenes del régimen y afirmó que Israel está intentando descaradamente desestabilizar toda la región y provocar una guerra total.
Rusia se sumó a la condena del asesinato al igual que lo hicieron líderes de todo el mundo, como los jefes de estado de Nicaragua, Brasil, China y Cuba.
En contrapartida, el presidente estadounidense, Joe Biden, sostuvo una conversación con su homólogo israelí, Benjamín Netanyahu, en la cual reafirmó su compromiso con “la seguridad de Israel» y el viernes, los ministros de Defensa de ambas naciones coordinaron despliegues militares adicionales.
“La cooperación de seguridad sin precedentes entre Israel y Estados Unidos contra Irán y sus representantes es fundamental para la seguridad y la estabilidad regionales”, afirmó el ministro israelí, Yoav Gallant.
Para Cascieri, los últimos movimientos de Tel Aviv son parte de la vocación belicista del primer ministro israelí, que necesita del conflicto para sostenerse en el poder: “Para salvarse, Netanyahu debe seguir en guerra; si se detiene la guerra por un día, Netanyahu está acabado, simple y sencillamente debe seguir haciendo guerra.»
En adelante
Las repercusiones de estas dos operaciones serán, sin duda, influyentes y pueden abrir la puerta a una ola masiva y sin precedentes de reacciones, especialmente a la luz de todas las partes del conflicto.
El pasado 1 de abril , Israel bombardeó el consulado en Damasco y causó la muerte de varios dirigentes militares y asesores iraníes. 14 días después, la agresión fue respondida con un ataque sin precedentes, e Irán lanzó alrededor de 300 drones, misiles de crucero y balísticos desde su propio territorio hacia el de Israel.
Según fuentes oficiales, el objetivo principal era reforzar la disuasión de Irán, ya que los funcionarios iraníes habían mostrado cierta “paciencia estratégica” tras el asesinato a finales de diciembre de otro alto comandante del CGRI en Siria, Razi Mousavi, en un ataque aéreo israelí en medio de las secuelas de la guerra en Gaza.
En esa línea, Irán optó por iniciar el ataque no con misiles balísticos supersónicos, sino con drones lentos, que se mantuvieron en las pantallas de radar durante dos horas mientras se acercaban a sus objetivos. En ese sentido, múltiples expertos consideraron la respuesta como una ofensiva limitada, que buscó intimidar a Israel para evitar nuevas agresiones.
Si se toma ese antecedente en el cual Irán optó por interpretar el ataque aéreo como un ataque en su propio territorio, sin duda el atentado del miércoles en la propia Teherán supone una gravedad mucho mayor.
El ataque a su capital a un líder de una nación aliada en un momento clave, como era la asunción del nuevo presidente, a la vez implica un doble agravio en términos de la “humillación” implicada, algo que para el Islam asume una relevancia mayúscula.
De momento, la nación persa ha manifestado frialdad y cálculo antes de dar cada movimiento sin dejar de hacer realidad cada una de sus amenazas.
Autor: Nicolás Hernández